Las Miradas del sueño:
La Divina Comedia (Salvador Dalí)
No hay mejor guía que Virgilio nel mezzo del cammin di nostra vita. Es sombra y no alma, castigado y no salvífico; pero se apiada del Poeta y le regala la visión.
La contemplación de Dante, iniciada en la selva oscura, se asienta sobre la pirámide cristiana de los tres grandes vértices: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Tres serán también los estadios: Infierno, Purgatorio y Paraíso. Nueve cielos el Paraíso, nueve los aros el Purgatorio y nueve los círculos el Infierno. Dante con Virgilio y Beatriz: personajes con los que el viajero, en dulces tercetos, declama con pautada voz singular periplo y asciende espiritualmente a través de los triples treinta y tres cantos. En la cúspide piramidal, no podía ser de otra manera, las cien canciones, la multiplicación de la perfección cabalística.
El simbolismo numérico sirve a Dante para presentar un mundo perfecto a la vez que para exponer la obra acabada. ¿Para qué seguir escribiendo después de la Divina Comedia?, postuló en una ocasión Borges.
El Infierno de Dante está en la propia tierra de los hombres. El simbolismo de la Comedia nos ofrece la arquitectura imaginaria de un cono que, desde la superficie, se estrecha hasta llegar al noveno círculo, en el centro de la Tierra, donde hallarán la Torre del Hambre. Una mirada nueva se esconde entre las claves teológicas y filosóficas: la sugerencia, con la que el artista conforma en la mente del espectador la imagen de lo que nunca llegó a decir pero imaginó con claros perfiles.
Los castigos infernales son diversos, como lo son también los atormentados: hipócritas, aduladores, avaros, iracundos o traidores. Pero tal vez esta mirada interior a las entrañas del hombre se supedita a los encuentros sublimes, pues en el Limbo hallan a Homero, Horacio, Ovidio y Lucano. A Salvador Dalí le hubiese gustado deambular en este círculo.
Un cono invertido en el hemisferio austral es el lugar donde habita la morada del Purgatorio, conduciendo a la meseta celestial. En este camino ascendente de expiación el imaginario topológico promete la unión mística. Se trata, pues, del reino de la esperanza, y por esta razón serán gratos los encuentros con Casella, Manfredo, Sordello o Arnaldo, el poeta del amor.
Virgilio no fue bautizado, así que Dante no puede permitirle la entrada en el Paraíso, que se halla en el centro del Universo. Son versos de exaltación , de simetría serena, de quietud e unión. De la mano de Beatriz aprende también de los bienaventurados, de los espíritus de los filósofos, teólogos y eruditos en ciencias humanas y divinas. Se evidencia, por tanto, que el camino del poeta no es sólo de amor, sino también de conocimiento.
La aspiración de Dante de escribir una obra perfecta, acabada, de constituir el gran canon sobre los textos clásicos, unida a la capacidad de intuición por encima de la afirmación, con la que el hombre de cualquier tiempo ha de adentrarse de nuevo en la Divina Comedia para descubrir nuevos significados y sensaciones, trasciende el contexto del quattrocento florentino y provoca que los grandes artistas plásticos de todos los tiempos hayan ilustrado el texto.
El gran punto de partida es la primera serie de dibujos de Botticeli para la edición de Cristoforo Landino, auspiciada por los Medici, cuyos trabajos se interrumpieron inicialmente por la petición del Papa Sixto IV para que el artista pintase algunas escenas de la Capilla Sixtina. Tras él vendrán otros, como Doré, Bouguereau, Blake o, recientemente, Miquel Barceló. Las posibilidades infinitas de la Comedia eran especialmente atrayentes para el creador del método paranoico-crítico, el descrito a sí mismo como genio Salvador Dalí.
No dudará aceptar el encargo del gobierno italiano con motivo del 700 aniversario del nacimiento de Dante Alighieri. Dalí realiza cien xilografías con las que crea una obra preciosista que combina los ecos de las voces del quattrocento con la reflexión psicoanalítica. Dalí sitúa, ante los ojos del espectador, una nueva manera de contemplar en Infierno... y también, por supuesto, el Paraíso.
El Gobierno italiano, con motivo del 700 aniversario del nacimiento de Dante, encargó a Salvador Dalí la ilustración y recreación, bajo su personalísima mirada, de La Divina Comedia. Dalí comenzó de inmediato el trabajo, llegando a realizar más de cien acuarelas. Sin embargo, debido a la gran polémica suscitada en Italia porque el artista seleccionado no fuera un italiano, se produjo una ruptura entre el artista y el gobierno de este país.
Sin embargo, y a instancias del propio papa Pío XII, Dalí abordó el proyecto de recreación de la serie en xilografía, auspiciada por Joseph Foretquien, junto con los grabadores en madera Jacquet y Taricco, iniciando el proceso de transferir las 100 acuarelas originales a 3,500 tacos xilográficos, uno por cada color y unos 35 para cada acuarela.
Los 100 grabados se realizaron sobre madera de 25.5 x 17.5 cm de plancha, en un formato de 33 x 26 cm de papel, y se utilizó el Vélin pour Chiffon de Rives. La firma de Dalí fue realizada en plancha.
El minucioso proceso xilográfico en el que se interpreta cada trazo y cada color de la acuarela original, para trasladarlos a las planchas de madera uno a uno, supuso cincuenta y cinco meses de trabajo de virtuosos artesanos bajo la supervisión del artista. En el proceso de grabación la superposición de dos colores crea un nuevo color, por lo que los grabados hubieron de prestar atención minuciosa a la perfecta superposición de las planchas coloreadas, tarea que caracteriza específicamente a esta técnica.
La exposición Las miradas del sueño: la Divina Comedia se presenta como una actividad que persigue convertirse en un punto de encuentro no sólo para amantes del arte, sino para toda clase de públicos.
Con esta finalidad se proponen las siguientes actividades paralelas, para cuyo desarrollo se aportará el material necesario:
- Proyección del filme Un perro andaluz, fruto de la colaboración entre Luis Buñuel y Salvador Dalí.
- Proyección de la entrevista a Salvador Dalí realizada por Jacobo Zabludosvky.
- Recital de textos poéticos de Salvador Dalí.
- Talleres infantiles de creación a partir de plantillas de la obra de Salvador Dalí, con la posibilidad de que una selección de los mejores trabajos realizados sean mostrados en una sala cercana a la de la exposición.
- Ciclo de conferencias a mano de especialistas de la localidad donde se celebre la exposición.